Este encuentro lo pensamos para
encontrarnos con tantos y tantas organizaciones y personas que nos fuimos
conociendo en el camino. También para reflexionar junt@s lo que vamos
viviendo.
Crónica del
Encuentro
El Quirquincho se
estaciona entre un bullicio de abrazos y gentes. Recuerda aquella ruta que
calentó sus ruedas diez años atrás. Piensa y cae en la cuenta de que todo eso
que antes no era, ahora es. También recuerda y por su retina de vidrio cruzan
imágenes de soledades que se hacen encuentros y de encuentros que se hacen
redes. Es imposible desandar la red, piensa. Exhala cansado todas esas personas
que vió en el camino. Ahora reconoce a algunos que llegan, y descubre nuevos
rostros que lo miran con la emoción de saberse de antes. El viejo compañero se
acomoda al borde del cordón y bajo un árbol nos observa. Así, con el cuerpo
reparado y la esperanza en el alma, se dispone a vernos festejar.
La llegada tiene algunas complicaciones,
sobretodo para quienes mas kilómetros deben recorrer; compas de Rawson, Madryn y
Trelew quedan varados algunas horas en la entrada de Rosario, con la traffic
rota. Estas y otras demoras suman ansiedad y hacen que el abrazo de encuentro
sea aún mas fuerte. La ronda se arma en una cancha de basquet, la del Club
Central Córdoba, que primero será testigo atónito y luego partícipe compañero.
Laura presenta, da la bienvenida y es interrumpida por unas cocineras medio
locas que entran con una olla y unas verduras gigantes y dicen: “Queremos
cocinar entre todos este guiso, pero faltan ingredientes, así que cada grupo
tiene que echar a la olla una pregunta y una certeza que trae consigo en su
andar, para darle sabor”. Así que agregan ingredientes a la olla: el Grupo
Misionero Trashumante de Hersilia; Atrapasueños de Buenos Aires; compas de San
Justo, Santa Fe; El Grupo Trashumante Cordobes; el Grupo Trashumante Escaramujo
de Buenos Aires; Surcos y Taller de Educación Popular (aún sin nombre) de La
Plata; el Gato desde Jujuy y Marco de la UTR de Misiones; compas de Villa María,
Córdoba; el Grupo Ciudad de Piedra desde la provincia de Río Negro; el Grupo
Nerón, de Rawson, Chubut; y que vinieron junto a compas de Madryn, y de Nadies y
Derechos que son de ahí cerquita, de Trelew.
De Rosario está El Entrevero que es un espacio
formado por “Casa de Todos”, “El Rancho”, “Asamblea Popular Plaza Ombú”, “Barrio
Itatí”, “La Casita del MEDH ” que son diferentes experiencias de trabajo en
barrios. También aportan ingredientes compas de la Universidad Experimental,
compas de la Biblioteca Pocho Lepratti, y del Colectivo de Militancia Popular
Autónoma Surastilla, y Malabares, que oficiamos de organizadores
locales.
Luego llegan otros y
otras: compas del Grupo de Teatro del Oprimido, varias madres de compas -hay
quien dice que hay cooptación familiar…- y varios y varias que van y vienen.
Echan a la olla la necesidad de estar en colectivos, de sumarnos y enredarnos, y
muchos deseos: el encuentro con otras y otros, la autoformación, la construcción
de nuevos espacios. También, la riqueza de las diversas experiencias, la
necesidad de crear otras lógicas de vivir a partir de saber que la lógica del
sistema nos destruye y oprime, la necesidad de comunicar lo que hacemos y de
mantener la esperanza en lo que hacemos. Para que el guiso comience a cocinarse
nos dividimos en 5 grupos para discutir ¿En nuestras prácticas y/o experiencias;
Qué problemas tenemos?. De todas tratamos de elegir al menos cinco. Almuerzo de
por medio, pensamos los problemas nacionales e internacionales, como influyen en
nuestras prácticas y sus causas. Las devoluciones artísticas son como viene
pasando últimamente, una forma de poner en la comedia cosas a veces dolorosas y
que nos cuestan abordar colectivamente: personas peleando por alcanzar la
zanahoria, una máquina que pretende que todos se muevan igual y que es el ritmo
que impone el sistema, que nos dificulta juntarnos, y hasta un karateca
delirante y obediente que nos imprime la dominación capitalista. El momento mas
artístico del sábado hizo que desde una pequeña canción rumoreada, y recordada
desde adentro, vaya tomando forma un canto colectivo. A los saltos y gritando
terminamos hermanados en una sola canción que cantamos como si hiciera falta
espantar al frío. Hubo algunos a los que les costó por cuestiones
generacionales; por ejemplo el Tato insistió inútilmente con Zitarrosa o
Quillapayún y terminó tarareando desconcertadamente a Los Piojos. Y se ve que se
quedó con la sangre en el ojo porque en cada devolución Tato no hizo más que
provocarnos y hacernos pensar mucho. ¿Quién nos piensa?, era la pregunta que
hacemos cuando vemos que muchas cosas que vivimos fueron escritas y digitadas
por políticas del Banco Mundial. Tenemos que pensarnos o nos piensan… así que la
feria de la tarde noche, que se extiende muchísimo por la demora de los compas
del comedor a quienes se le complican mucho las cosas… nos ayuda a sabernos, a
pensarnos, a socializar lo que hacemos. Comemos re tarde pero aprovechamos para
bañarnos, caminata de por medio y también visitamos los puestos de la Bibioteca
Pocho Lepratti, el puesto trashumante con flamantes remeras y revistas y de
compas que muestran y venden artesanías, los alimentos del comercio justo,
gigantografías de Iconoclasistas que aportan junto a otras otras producciones
las compas de Quetral, la gráfica y volantes de Surcos con su lucha inscansable
por la aparición de Jorge Julio López, el Fernet Gabutti (que te pega con
tutti), el puesto de En la cosmopista, con publicaciones varias. Agotadísimos
terminamos la noche en charlas dispersas que no quieren
concluir.
El domingo es el día
del anuncio: Después de la denuncia: ¿Cómo le hacemos?. ¿Cómo avanzamos en la
creación del mundo que soñamos?. La idea es reconocer lo que hacemos, soñar y
proyectar nuevas acciones. Los grupos a pesar del calor, ponen toda la energía
para socializar lo que se viene haciendo y para elaborar formas que nos permitan
hacer aún más, enredarnos, sabernos, darnos fuerza y ánimos. También en los
grupos se dan interesantes discusiones en torno a la autonomía, al
financiamiento, a la comunicación, a la relación con el Estado y todos estos
ejes y debates se llevan a un plenario en el que se avanza mucho en aprendizajes
y planteo de nuevos desafíos. Las devoluciones artísticas muestran no solo esto
sino que le dan una complejidad y a la vez un nivel de síntesis solamente
logrado mediante otros lenguajes. Fuegos que se quieren encender y se buscan,
colectivos en los que hay que decidir nuevos recorridos solidariamente, sistemas
de repartición y producción (en este caso de naranjas) que hay que desarticular,
para crear otras formas de vida mas dignas, enredamientos que nos den fuerza y
nos permitan avanzar en la concreción paciente impaciente de nuestros deseos.
Luego Tato, habla de esto; tenemos que hacer lo que deseamos, que no nos importe
tanto lo que el Estado, el Capital y la Cultura impuesta quiera de nosotros, hay
que animarnos y hacer aquello que nos apasiona y nos hace felices. Por eso es
que el plenario se llena de discusiones en torno a estas nuevas posibilidades
que tenemos que construir, en base a nuestra autonomía, y a nuestra energía
colectiva. Siguen quedando discusiones abiertas pero nos hemos ayudado a pensar
y a revisar otras realidades en base a las experiencias que se socializan y se
ponen en juego. El momento mas artístico tiene esa característica, la de
hacernos sacar toda la energía que tenemos. Jugando disparatadamente con
diferentes situaciones de la realidad nos ponemos desafíos en frente y los
afrontamos con alegría. También nos reímos tanto poniendo el cuerpo junto a los
otros, sabiendo y percibiéndonos compas. Terminamos con una foto imaginaria de
cómo quedamos luego de cada actividad: más o menos cansados, mas o menos
exitosos, pero siempre felices de haber afrontado la cosa entre todos y todas y
encima, aún seguir juntos. ¿Qué rebeldía profunda alberga el hecho de
reconocernos semejantes, frente a un sistema que nos propone que compitamos, que
seamos seres aislados los unos de los otros?.
Finalmente, en la evaluación, cada uno dice qué
vio, qué olfateó y qué palpó en este encuentro. La ronda es grande y nos
escuchamos atentos mientras pensamos la consigna. La importancia de que circule
la palabra, de poder decir, de compartir el cierre. Este cierre que anhelamos
que abra. El abrazo caracol es inmenso, todos abrazados y nos vamos enroscando
hasta que nos juntamos todos y todas. Finalizamos con un gran aplauso, nos
miramos, nos emocionamos. Diez años de estar en movimiento merecen festejarse y
para eso vienen compas artistas a dar el marco necesario para la fiesta. Tal
como nos gusta, la cosa se torna bien diversa y colectiva; hasta la barra se
puebla de acentos de diferentes provincias y el laburo se hace compartiendo y
riendo. Primero Ceci oficia de presentadora y da el puntapié inicial. Enseguida,
La Guisada (del espacio cultural y colectivo Quetral), nos hace ser partícipes
de canciones y bailes:
Bailecito Trashumante
Cuando andamos caminando
trashumando por la vida
trashumando por la
vida
Un encuentro nos sucede
que construye la alegría
que construye la
alegría
Pensamiento creación
arte fruto colectivo
fundamento de la
acción
que guía nuestro camino
Lararairararará larairalairaque guía nuestros caminos
Luego los compas del Fernet Gabutti (bebida bien
rosarina) dan una bienvenida desopilante a la fiesta de la mano del Titán y su
rocanrol alegrador; la Agrupación Inestable Sosteneme que me Caigo le pone
humor, ironía y buena música, dando lugar para que también haya fotos de nuestra
historia trashumante, malabares y swing y ya empezamos a ser todos y todas
protagonistas… Zapateá Lechuza con canciones que ya son de todos, nos invita a
bailar y seguir de fiesta hasta la salida del sol.
Sabemos por informaciones clandestinas que
muchos y muchas no durmieron y que otros y otras lo hicieron sorpresivamente
acompañad@s, cosa que debería estar en nuestra famosa sección de “Correveidile”
ya en desuso, creemos que por exceso de contenido. Los diez años de la
trashumante nos encuentran así, junto a compas de diferentes colectivos, con
nuestro ánimo firme y el corazón emocionado de saber lo que hicimos y de pensar
con pasión todo lo que falta y tenemos soñado seguir siendo y
haciendo.
El Quirquincho arranca
una vez más con la certeza de que el camino ya se hizo compañero y amigo. Y es
él, quien ahora le abraza las ruedas y le dice “dale, dale, dale, que la cosa
sigue, ¿no ves que este recorrido nos está haciendo fuertes?”, y -casi
susurrando- agrega, “Además, sé una cosa porque la he visto, solo en movimiento
existe la esperanza
No hay comentarios:
Publicar un comentario